Job 25:1 – 27:23 (Sagradas Escrituras – 1569)

1 Y respondió Bildad suhita, y dijo:
2 El señorío y el temor están con Dios; El hace paz en sus alturas. 3 ¿Por ventura sus ejércitos tienen número? ¿Y sobre quién no está su luz? 4 ¿Cómo pues se justificará el hombre con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer? 5 He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos. 6 ¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, y el hijo de hombre, también gusano?

Job 26: 1 Y respondió Job, y dijo: 2 ¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Has salvado con tu brazo al que no tiene fortaleza? 3 ¿En qué aconsejaste al que no tiene ciencia, y mostraste bien tu sabiduría? 4 ¿A quién has anunciado palabras, y de quién es el espíritu que de ti sale? 5 Cosas muertas son formadas debajo de las aguas, y de sus cavernas. 6 El sepulcro es descubierto delante de él, y el infierno no tiene cobertura. 7 Extiende el aquilón sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada. 8 Ata las aguas en sus nubes, y las nubes no se rompen debajo de ellas. 9 El aprieta la faz de su trono, y extiende sobre él su nube. 10 El cercó con término la superficie de las aguas, hasta que se acabe la luz y las tinieblas. 11 Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan de su reprensión. 12 El rompe el mar con su potencia, y con su entendimiento hiere la hinchazón suya. 13 Su espíritu adornó los cielos; su mano creó la serpiente huidora. 14 He aquí, éstas son partes de sus caminos; ¡y cuán poco es lo que hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo entenderá?

Año Bíblico Especial

Job 27: 1 Y volvió Job a tomar su propósito, y dijo: 2 Vive el Dios que me quitó mi derecho, y el Omnipotente, que amargó mi alma, 3 que todo el tiempo que mi alma estuviere en mí, y hubiere hálito de Dios en mis narices, 4 mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño. 5 Nunca tal me acontezca que yo os justifique; hasta morir no quitaré de mí mi integridad. 6 Mi justicia tengo asida, y no la cederé; no me reprochará mi corazón en todos mis días. 7 Sea como el impío mi enemigo, y como el inicuo mi adversario. 8 Porque ¿cuál es la esperanza del hipócrita, por mucho que hubiere robado, cuando Dios arrebatare su alma? 9 ¿Por ventura oirá Dios su clamor cuando la tribulación viniere sobre él? 10 ¿Por ventura se deleitará en el Omnipotente? ¿Invocará a Dios en todo tiempo? 11 Yo os enseñaré lo que hay en la mano de Dios; no esconderé lo que hay acerca del Omnipotente. 12 He aquí que todos vosotros lo habéis visto, ¿por qué pues os desvanecéis con vanidad? 13 Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente. 14 Si sus hijos fueren multiplicados, serán para el cuchillo; y sus pequeños no se saciarán de pan. 15 Los que de ellos quedaren, en muerte serán sepultados; y no llorarán sus viudas. 16 Si amontonare plata como polvo, y si preparare ropa como lodo; 17 la habrá preparado él, mas el justo se vestirá, y el inocente repartirá la plata. 18 Edificó su casa como la polilla, y como cabaña que el guarda hizo. 19 El rico dormirá, mas no será recogido; abrirá sus ojos, y no verá a nadie. 20 Asirán de él terrores como aguas; torbellino lo arrebatará de noche. 21 Lo tomará el solano, y partirá; y tempestad lo arrebatará del lugar suyo. 22 Dios, pues, descargará sobre él, y no perdonará. Hará él por huir de su mano. 23 Batirán sus manos sobre él, y desde su lugar le silbarán.

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